Vivimos en un mundo donde para bien o para mal la palabra de una persona no basta, en algunos casos, para asegurar el cumplimiento de un convenio pactado, para evitar malos ratos que evolucionan a consecuencias peores existen las fianzas.
Vivimos en un mundo donde para bien o para mal la palabra de una persona no basta, en algunos casos, para asegurar el cumplimiento de un convenio pactado, para evitar malos ratos que evolucionan a consecuencias peores existen las fianzas.